Los Elfos de Colonia: Un Cuento de Magia y Curiosidad
Había una vez en Colonia, una bulliciosa ciudad de Alemania, donde la gente se sorprendía al encontrar su trabajo hecho cada mañana. Panaderos, sastres y constructores despertaban y descubrían sus tareas completadas como por arte de magia. Parecía que alguien—o algo—les ayudaba durante la noche. Estos misteriosos ayudantes eran los Elfos de Colonia, pequeñas y diligentes criaturas que en secreto se ocupaban de las tareas de la ciudad.
Los Elfos de Colonia disfrutaban de su trabajo nocturno, fabricando, horneando y construyendo en completo silencio. La gente de Colonia, agradecida por su ayuda, se volvió perezosa, sabiendo que podía confiar en los elfos para hacer su trabajo. Sin embargo, una mujer, la esposa de un sastre, sentía curiosidad por estos misteriosos ayudantes y quería verlos con sus propios ojos.
Una noche, la esposa del sastre esparció guisantes secos por el suelo de su casa, con la esperanza de que los elfos tropezaran con ellos y hicieran ruido. Su plan funcionó. Cuando llegaron los Elfos de Colonia, tropezaron con los guisantes y su silencioso trabajo se convirtió en un caos. El ruido despertó a la esposa del sastre, y finalmente vio a los pequeños elfos.
Pero los Elfos de Colonia no estaban contentos. Se sintieron traicionados por la curiosidad de la mujer y decidieron abandonar Colonia para siempre. Desde ese día, la gente de Colonia tuvo que hacer su propio trabajo sin la ayuda mágica de los elfos.
Hoy, la historia de los Elfos de Colonia nos recuerda el valor del trabajo duro y los peligros de ser demasiado curioso. En Colonia, puedes visitar la Fuente de los Heinzelmännchen, un monumento cerca de la Catedral que celebra esta encantadora leyenda. El cuento de los Elfos de Colonia se ha convertido en una parte importante de la historia y cultura de la ciudad, enseñándonos a apreciar los esfuerzos invisibles y a respetar la magia que hace la vida más fácil.
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