Como lituano, Polonia no es sólo un país vecino cercano, sino también un lugar que comparte muchas similitudes culturales y sociales con mi tierra natal. Recientemente tuve la oportunidad de asistir al Orgullo en Varsovia y fue una experiencia que me dejó una impresión duradera. Creo que Polonia, y especialmente Varsovia, es una joya escondida que merece más reconocimiento, no sólo por su rica historia y cultura, sino también por su panorama social en rápida evolución.

Varsovia es una ciudad que está cambiando y desarrollándose a un ritmo notable. Es un lugar donde las tradiciones se encuentran con la modernidad, y esta combinación es evidente en la energía vibrante. Es posible que muchas personas aún desconozcan los lados dinámicos y progresistas de Varsovia, a menudo eclipsados ​​por la reputación conservadora del país.

Sin embargo, mi visita durante el Gay Pride Varsovia me mostró un lado diferente de Polonia: un lado inclusivo, de mente abierta y un gran lugar para encontrar nuevos amigos y pasar unas vacaciones increíbles. Asistir al desfile del Orgullo en Varsovia fue una experiencia reveladora. Fue increíble presenciar a tantas personas, que han crecido en entornos desafiantes, reunirse para celebrar sus identidades de manera abierta y con orgullo. Ver a personas caminando por las calles sosteniendo con orgullo la bandera del arco iris fue una experiencia poderosa para el progreso que Polonia está logrando en términos de derechos y aceptación LGBTQ+. Si bien Alemania ha sido vista durante mucho tiempo como un país más liberal y tolerante con la comunidad LGBTQ+, Polonia se está poniendo al día rápidamente. El ritmo al que están cambiando las actitudes en Polonia es impresionante, y eventos como el Orgullo en Varsovia son cruciales para avanzar. La valentía y la resiliencia de la comunidad LGBTQ+ polaca son pioneras.